Una estufa encendida calentando mi casa
con fragancia de pino y aroma de eucaliptus,
así huelen las calles de mi pueblo pequeño
en este frío invierno donde el viento del sur
azota ventanales y se lleva la brisa,tan tibia del otoño...
Y con ella,los soles ardientes del verano...
¡Ay,cómo lo extraño!...
-Mi patio todo verde,con siestas bajo el sol-
Jacarandá y lapacho,sus hojas han perdido
y el algarrobo enorme,se rinde ante este frío.
Desolación...Hastío...de tardecitas cortas,
de cielos abrumados con nubes gris acero.
Este invierno tan crudo,me pone melancólica,
me pierdo en noches largas,oscuras,muy heladas,
pisando las escarchas,sobre los pastos muertos
y como en un desierto de inmensa soledad
mi alma helada y mustia,de nuevo se pregunta:
¿Será que el frío invierno,no pasará jamás?...
Silvia,Julio 22 de 2.008
1 comentario:
También yo extraño el verano, pero, ¿sabes?, el invierno esconde su magia.
Cada mañana al levantarme evoco aquellas mañanas de invierno, cuando antes de salir para la escuela,oyendo un programa de radio cuya cortina musical aún suena en mis oídos a través de los años, nuestra madre ponía agua tibia en una palangana roja para que nos lavemos la cara, y de nuevo puedo sentir su amor, que remendaba todas las carencias. Entonces la siento cerquita.
Hermosa tu poesía.
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